El ocaso de los Parlamentos

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Los Parlamentos sufren una gran depredación. Pero singularmente el nuestro padece de un gran desprestigio. He pertenecido a Asambleas en las que han estado Haya de la Torre, Sánchez, Heysen, Cox, León de Vivero, Prialé, por el Apra; Polar, Ramírez del Villar, Aramburú, por el Partido Popular Cristiano; Ulloa, por Acción Popular; Del Prado, por el Partido Comunista Peruano; o senadores vitalicios como Fernando Belaunde Terry y José Luis Bustamante y Rivero. Ese tipo de gente ya no está en las ágoras parlamentarias porque el país está en decadencia intelectual. Lo que mejor produjimos en historia, literatura, derecho, política fue la generación del Centenario y la del Conversatorio Universitario (1921): Jorge Basadre, Raúl Porras Barrenechea, Jorge Guillermo Leguía, Manuel Abastos, Haya. Lo posterior solo son riachuelos desprendidos de nevados de las cumbres. Por eso no tenemos grandes lideres ni grandes historiadores, ni grandes novelistas (Vargas Llosa no ha logrado superar el impacto social de El mundo es ancho y ajeno). Esa crisis se refleja en el Parlamento de hoy. Y han nacido los popys, que solo sirven para la denuncia y la persecución calumniosa e irresponsable. No son para debates. No tienen ideas. No tienen cultura. Para ellos un artículo titulado “técnica democrática del golpe de Estado” es golpista. Olvidan que viene de un libro de Curzio Malaparte escrito en 1920. Están como los soplones que encarcelaban en los días de Benavides a quienes tenían en sus bibliotecas el libro de Ortega y Gasset La rebelión de las masas. Y aunque la morralla de hoy no vuelva al Parlamento, el unicameralismo por su estructura genética y su origen electoral seguirá pariendo figuras y figurones pigmeos. Los mismos del totalitarismo fujimorista. Los mismos del totalitarismo toledano. Inquisidores que solo sirven para denuncias escandalosas e inciertas. Enumeremos los factores políticos y jurídicos que menguan al Parlamento y que exigen la restauración de un bicameralismo funcional. Es decir, unas cuatro quintas partes elegidas por el pueblo en distrito electoral departamental y en distrito electoral nacional, una quinta parte elegida indirecta e irrevocablemente por los colegios de abogados, las universidades y facultades de Derecho, por el capital nacional y extranjero, Fuerzas Armadas. Factores políticos son: a) espíritu intervencionista del Estado de bienestar (sanidad, trabajo, educación) en virtud de medidas administrativas del Poder Ejecutivo; b) sumisión de la mayoría parlamentaria al Ejecutivo. El papel de freno y contrapeso queda solamente en manos de las minorías.

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