Archivo por meses: junio 2019

OPINIÓN | Manuel Altamirano: La hora de los pasivos… ¿Aló Congreso?

Según cifras del Ministerio de Energía y Minas, en el país, al año 2018 había 8000 pasivos ambientales mineros.

En mi columna anterior opinaba del potencial minero que tiene nuestro país en lo referente a minerales estratégicos y tierras raras, sabemos que la minería formal es beneficiosa para el país, pero el desborde de los relaves mineros, como ocurrió la semana pasada en la Laguna de Pelagatos (Áncash) por una empresa minera aparentemente sin licencia, nos lleva a la pregunta ¿Cómo solucionar el problema de los pasivos ambientales?

 

Según la Ley Nº 28271, que regula los pasivos ambientales en el Perú, nos dice que: “Son considerados pasivos ambientales aquellas instalaciones, efluentes, emisiones, restos o depósitos de residuos producidos por operaciones mineras, en la actualidad abandonadas o inactivas y que constituyen un riesgo permanente y potencial para la salud de la población, el ecosistema circundante y la propiedad”, estos pasivos ambientales contienen generalmente cadmio, arsénico, plomo, mercurio, sales de cianuro y  otros desechos de la actividad minera.

 

Soy consciente de que son un peligro para la salud y la economía de los lugares cercanos a la explotación minera, si es que no se le da un trato adecuado, pero también es el residuo de la actividad minera que nos da prosperidad. ¿Entonces? ¿Cuál es el punto medio para solucionar este problema? Es la pregunta del millón como diría algún maestro de ceremonias.

 

Según cifras del Ministerio de Energía y Minas, en el país, al año 2018 había 8000 pasivos ambientales mineros, se aumentó el presupuesto para la remediación de estos pasivos, pero este fue insuficiente.

¿Es una necesidad la remediación de estos pasivos? Sí lo es, también es cierto que la falta de presupuesto es un obstáculo, pero propongo una alternativa para que algún iluminado del ejecutivo o un padre de la patria la desarrolle: Tenemos “Obras por Impuestos”, un programa que ha dado tibios resultados, ya que la inversión en conjunto de las empresas ha sido de 400 millones de soles anuales aproximadamente durante los últimos diez años, contando obras de saneamiento, habilitación, mejoras de postas médicas, etc. Porque no proponer un programa “Pasivos por Impuestos”, donde las empresas que hagan la remediación de los pasivos ambientales, mineros o de hidrocarburos, sean beneficiadas por un factor 2.5 por cada sol invertido en el proceso de remediación, donde el estado haya asumido la responsabilidad de acuerdo con las leyes Nº 28271 y Nº 29134.

 

Aparte de la remediación del pasivo ambiental, nos traería una transferencia tecnológica en lo referente a las formas de remediación y un ahorro al fisco, ya que esos recursos que ahora utiliza el MEM podrían ser usados en otros rubros, como prevenir otro Pelagatos.

 

 

¿Jóvenes a la obra, viejos a la tumba?

Un análisis sobre la participación juvenil en política.

Escrito por: Bryan Huerta Quispe

Constantemente se escucha sobre la importancia de la presencia juvenilen política. El desprestigio de la clase política actual y la decepción suscitada en la población, desemboca en un gran reclamo popular sobre la necesidad de una constante renovación y nuevos cuadros.  Pero, ¿Realmente se está dando este fenómeno o simplemente queda como un reclamo?

Aquí entra a tallar el incentivo de la juventud y el grado de representatividad que esta tiene en la población. Las cifras mostradas por la “Primera Encuesta Nacional de la Juventud” en el año 2011 son totalmente alarmantes.Realizada por la Secretaría Nacional de la Juventud (SENAJU) al 47,7% del total de jóvenes «le interesa la política y es independiente». De ese número, solo el 1.2% declara que milita en un partido a nivel nacional, mientras que el 50,6% de los jóvenes tiene «nada de confianza» en los partidos políticos. Lo último sugiere la pérdida de importancia de los partidos como mecanismos de manifestación y participación social. A raíz de lo mencionado, surge una interrogante: ¿cómo incentivar a los jóvenes a participar en política?

Diversas propuestas han sido planteadas. Desde reducir la edad de votación hasta las ya conocidas cuotas de participación. En base a las cuotas, cabe resaltar que el año 2006 se promulgó la denominada norma “Cuota Joven”, establecido en el ámbito municipal mediante la ley N° 28869, que indicaba la incorporación de no menos del 20% de ciudadanos jóvenes menores de 29 años de edad en las listas de candidatos a regidores provinciales y municipales. Dicha norma tuvo como efecto una alta participación juvenil en las elecciones del 2006, y una alta participación en el 2010 debido a que se amplío la cuota a las elecciones regionales. No obstante, a pesar del panorama alentador de participación, el número de jóvenes electos fue bastante bajo. Por ejemplo,según cifras del JNE, en las elecciones del año 2014 postularon más de 1.612 jóvenes de los cuales solo resultaron electos el 12,9%.Ello muestra un panorama oscuro y que concluye que hay poca representatividad de los jóvenes en la población electoral.

Es importante señalar que los partidos políticos tienen la capacidad de llegar a la población a través de sus bases. Como solución, urge que los partidos actúen como mecanismo de representatividad y ser el centro donde los jóvenes sientan que sus ideas son simbolizadas con todo un equipo y una línea de trabajo sólida respaldados por un partido consolidado. Un mecanismo para lograr ello, es que los partidos realicen actividades de voluntariado social que logre en interés de la juventud, capacitaciones constantes a los afiliados. Por otro lado, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) propone desde usar plataformas en línea para compartir conocimientos y establecer contactos entre jóvenes involucrados políticamentehasta implementar métodos entretenidos y estrategias multimedia para atraer la atención de la juventud.

Queda en los partidos políticos hacer uso de estos mecanismos y replantearse cómo llegar al electorado joven. Se necesitan de nuevos cuadros, pero que sean preparados y tengan llegada a la población. Sin embargo, también está el deber en los jóvenes de capacitarse e interesarse por el futuro de su país. Como decía el jefe Víctor Raúl Haya de la Torre: “La juventud debe saber que no debe ignorar la problemática de su país y del continente, y esa es la enseñanza del Partido”.

CONVOCATORIA Programa de Formación de Líderes del Bicentenario 2019

La Fundación Friedrich Naumann y la Universidad Continental organizan el Programa de Liderazgo para el Bicentenario 2019 con la finalidad de capacitar a jóvenes líderes. Es tu oportunidad para desarrollar habilidades de liderazgo, formarte políticamente, conocer más sobre economía, ciencias políticas, comunicación y gestión pública. Son 100 vacantes por región y el programa es completamente gratuito.

 

¿Deseas mayor información para postular a este gran programa?

¡TOMA NOTA! El día martes, 02 de julio, se realizará una charla informativa, en donde estarán presentes Alan Salinas, coordinador del programa, y César Combina, representante de la fundación Friedrich Naumann.

¡La cita será a las 7 p.m. en la Sala Libertad – Alfonso Ugarte 1012, Breña!

 

¿Cuánto cuesta este programa?

El programa es 100% gratuito y al culminar se otorgará la certificación a nombre de la Fundación Friedrich NaumannStiftung y la Universidad Continental.

 

¿Cuál es el objetivo del Programa de Formación de Líderes del Bicentenario?

Este programa busca capacitar en diversas áreas a 100 jóvenes, residentes en las regiones de Junín, Arequipa, Cusco y Lima.

 

¿Cómo está comprendido el Programa de Formación de Líderes del Bicentenario?

El programa consta de 4 módulos: Liderazgo Político, Liderazgo Digital, Liderazgo Emprendedor y Buen Gobierno, y será dictado en 4 sesiones full day durante dos fines de semana.

 

¿Cuáles son los requisitos para postular?

– Tener entre 18 y 32 años.
– Ser un líder en tu comunidad u organización.
– Completar la Ficha de Inscripción https://forms.gle/hRdUb8cxj9Z1gUDWA

 

Por Gianmarco Azabache Vargas

La responsabilidad virreinal

Hablaré de historia y no de política. Hablaré de la Residencia a los virreyes. Su poder era inmenso. Se le ha clasificado como el “alter rex” americano, como una verdadera imagen del Monarca y hasta como una encarnación suprema del Estado español. Sin embargo, el cargo vicerreal tenía una contingencia que lo limitaba: el Juicio de Residencia. Se han detallado dos contrastes  en el gobierno del Virrey: el ingreso bajo palio y la salida con la Residencia; y el del cuadro optimista y rosado de las Memorias de los Virreyes con los Cuadernos o Expedientes de Residencia. La distancia entre las Colonias y la Metrópoli, la inmensidad de los territorios por gobernar, la irregularidad y restricción de los medios de comunicación, hacían que todo el derecho público indiano reposase sobre una base de desconfianza. En esas circunstancias, los abusos del poder y los posibles desafueros se erigían como enemigos de los intereses de la Corona en América. Para evitarlos y para controlar los excesos es que el Estado español estableció en Indias el régimen de las Residencias y las Visitas. Había, no obstante, una nota que distinguía a estas dos instituciones fiscalizadoras: mientras la Residencia no era considerada lesiva al prestigio o al honor de ninguna autoridad, porque se decretaba siempre de un modo automático, “sin indicar sospecha o recelo alguno hacia el funcionario que la sufre”, la Visita surgía motivada, frecuentemente, por quejas y denuncias graves “como síntoma de insatisfacción por parte de quien las ordena”. Las Visitas, que podían ser generales o especiales, exigían un gran tino por parte de quien las tomaba porque, como sostenía Solórzano, había que temer la “mucha mano y poder” de los que debían ser visitados “y estar y durar, como todavía están y duran en sus oficios, y que así podrían tomar venganza de los que contra ellos se quexasen o depusiesen”. Hay que recordar aquí que las Visitas afectaban al Virrey de manera muy relativa, en cuanto era Presidente de la Audiencia, pero ni aún como tal, el Virrey podía ser destituido o desterrado por el visitador. De donde debe entenderse que del edificio fiscalizador forjado por España para defender el Estado, únicamente el Juicio de Residencia era el que podía aplicarse al Virrey para examinar su conducta. En el Perú actual debemos ejercitar ese mecanismo.

La renovación propositiva en el aprismo

Enrique Valderrama
Publicada en el Diario Expreso
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A partir de hoy, en un esfuerzo descentralizado e intergeneracional, se empezarán, en diversos espacios, a publicar artículos acerca de lo que conceptuamos muchos en el PAP como “La renovación”. Esto para caracterizar nítidamente el término y evitar que se desnaturalice en uno de los momentos más sensibles de nuestra historia. El legado de Haya de la Torre impone seriedad y no abordajes arribistas y vacíos de reflexión y perspectiva social.
Los retos que nos impone el país, con sus nuevos actores sociales, su nueva composición demográfica, la falta profunda de liderazgo político en los últimos años y sumado a todo ello un contexto en el cual la información circula, muchas veces falseada, a una velocidad inimaginable tan solo pocos años atrás, hacen que el aprismo deba tomar su renovación para darle representación política al gran espacio del Perú popular que no se encuentra representado, que no encuentra en la política apoyo en su lucha por progreso y oportunidades y más bien observan al Estado como parte fundamental de sus problemas.
Haya de la Torre canalizó con el surgimiento del aprismo las aspiraciones de un pueblo excluido por la oligarquía de la época, excluído en términos del voto y representación, pero sobre todo excluído de posibilidades de movilización social, bienestar y derechos laborales. El APRA peleó y consiguió en muchas décadas grandes avances sociales y políticos. Lo hizo en base a una lectura social del Perú, a un potente programa orientador de cambio social, a una organización que era funcional a la época y a una estrategia de comunicación que daba cátedra. Nada hubiese sido posible sin mística, quizás lo fundamental, hoy debemos reactualizar propuesta y reactivar la mística. Entiendo así la renovación.
Hoy tenemos que entender que sin una lectura común de los procesos de los últimos 40 años no podremos entender donde y como actúan el día de hoy los intereses contrapuestos a las mayorías populares, los del Stablishment. Debemos entender que sin un nuevo programa de cambio social radical y popular, pero democratizante a la vez, pensado para la lucha de los próximos 25 años, tampoco podremos orientar los esfuerzos próximos en las elecciones locales y las presidenciales cercanas., las que carecerán de elementos estructuradores. En la misma línea sin una estructura orgánica rediseñada y sobre todo digitalizada será difícil que nuestra predica avance. Finalmente todo esto debe contar con una propuesta de comunicación para los próximos 10 años, cuando menos, para dar la pelea a los sentidos comunes que parte de la prensa ha impulsado sobre nosotros la última década.
La renovación en la que creemos es una renovación propositiva en el aprismo, que en base a una idea de Perú, modele su idea de PAP. Una corriente que reafirme nuestro carácter republicano y nuestra tradición nacional, radical y popular.

¿Un Aprismo popular, republicano y radical?

Por: Iván Arenas

Publicado en El Montonero

 

Ni los sociólogos ni los politólogos han podido siquiera interpretar o comprender el inmenso otro Perú. Si hay un gran fenómeno en la sociedad del siglo XXI es la emergencia de un Perú distinto, de clases medias; un Perú mestizo, con voto, propiedad y plena ciudadanía como jamás en la historia de la República. ¿Qué tiene que ver la anterior reflexión con el Apra? Mucho.

 

Incluso antes de la desaparición de García, en el aprismo ha venido surgiendo un intenso debate para que se vuelva a reconstruir socialmente al partido de Alfonso Ugarte. Ya sea reconstrucción o relanzamiento, este partido a tiene distintas vigas que lo sostienen, como la organizacional, la programática y la ideológica.

En la ciencia política se suele decir que un Partido representa y es el cinturón de las demandas, expectativas y voluntades de un sector de la población. Un partido representa, esa es su principal razón de ser. Si hoy el Apra adolece de un bajón circunstancial en la sociedad es porque no ha podido traducir las demandas de este nuevo otro Perú al que nos referimos líneas arriba. Pero, ¿cómo es este otro país amplio, mestizo, emergente y plebeyo?

 

No obstante la diversidad de interpretaciones, una aproximación diría que en el mundo emergente también hay instituciones. ¿A qué nos referimos? A que, en ese sentido, el mercado y quizá la familia sean dos instituciones que tiene de largo que ver en el progreso de este Perú ancho y ajeno. Puno, Huancayo, las ciudades del norte, todas viven un interpretación de un capitalismo a su manera. ¿Qué sería de Puno, por ejemplo, sin el comercio? ¿Creen ustedes que el comunismo de Aduviri podría detener al capitalismo vigoroso de los mercados populares allá? ¡En la vida! Pero este capitalismo regional está combinado con la tradición familiar.

Si el Apra, quiere tener características de partido popular, policlasista y mayoritario, como lo fue en su día, debería mirar a ese Perú plebeyo y emergente, que aún no tiene una representación nítida. No obstante, el tema no queda aquí. El Apra nació con un carácter radical y revolucionario que sirvió de contrapeso y hasta desapareció al marxismo de Mariátegui y al fascismo de Sánchez Cerro en el mundo popular del siglo XX. Seamos sinceros, si el Apra no hubiera tenido para sí a los sectores populares del siglo pasado, el comunismo habría dominado.

 

En ese sentido, el Apra debe volver a enarbolar su carácter radical en el mejor sentido de la palabra. Pero radicalizar no significa enfrentar al establishment de la nueva oligarquía con armas. Todo lo contrario. Radicalizar es hoy extremar la democracia; es decir, hacer que el Estado funcione de manera eficiente y que el mercado no devenga en mercantilismo de unos pocos. Sin embargo, una cosa que ha quedado clara es que si el Apra baja los brazos y se aleja de un discurso y una praxis radical y revolucionaria pasa a convertirse en parte del establishment.

 

Aquí es necesario también recordar la vieja tradición reformista y revolucionaria. Volver a esa vieja tradición revolucionaria y radical —siempre en el mejor sentido de la palabra— sería parte de un discurso que detenga a las estrategias radicales de corte marxista que hoy podrían inundar los sectores populares.

 

Además de todo lo anterior, el Apra debe convertirse en la fuerza republicana que defienda las bases del mejor de los republicanismos. Si hoy el Perú adolece de una república firme es porque, a pesar del crecimiento y el mercado que ha originado la emergencia de un nuevo Perú, aún hay islas que dificultan la creación de ciudadanos, sujetos que necesita la república. Pero si la base de la República son los ciudadanos, la base de la ciudadanía es la propiedad, que en algunos casos es restringida. Como en las comunidades donde no se les reconoce a los pobladores la propiedad del subsuelo, y quizá por ello los conflictos sociales que existen alrededor de la minería.

 

Algunos imaginaron y escribieron columnas, gastando ríos de tinta, para sostener que el problema del Apra era el liderazgo de García. Mala lectura. El problema es que desde el Apra no se interpreta hace mucho correctamente a la nueva sociedad peruana, Renzo Ramos, Miguel Estela, Alan Salinas, Ruth Huamán, Álvaro Castro, entre otros.»

 

RENOVAR EL APRA, SALVAR LA POLÍTICA

Por: Alexander Torres Figallo

Publicado en El Apra Vuelve

El célebre escritor francés Víctor Hugo decía “ningún ejército puede detener la fuerza de una idea cuando llega a tiempo”. El Apra irrumpió en el escenario del Perú político con una brillante generación de jóvenes, bajo la conducción de Haya de la Torre. Fue un movimiento insurgente que buscó renovar todo con la fuerza de las ideas, un huracán que se alzó contra el establishment anquilosado de la época. Llegó en tiempo predestinado, y en efecto, nadie, ni el ejército pudo detener su voz popular y anti-oligárquica, que resonó en los albores de los años treinta.

Renovar el Apra post- García, desde sus bases a lo largo del país, es una idea inapelable, absolutamente necesaria para su reaparición. Es también su momento, su tiempo impostergable. El fundador del Apra decía: “No hay pueblo o masa buenos o malos; sólo hay dirigentes buenos o malos”. El escrutinio del pueblo aprista fue y es vital para mantener una línea de conducción acertada. Los congresos del Apra se llevaban a cabo incluso en las situaciones más extremas y adversas de persecución. Entonces, no existe razón ni excusa para que se detenga el proceso democrático de recambio de la burocracia partidaria y se abra el debate interno sobre los cambios en el espectro ideológico y programático necesarios para sintonizar con los sectores y clases históricamente identificados con el partido.

El Apra debe reconstruirse, ir a su Congreso de octubre con la consigna de renovar su dirigencia e impulsar un programa mínimo, construido desde la esencia y vigencia de su propia ideología. Debe diseñar un arquetipo organizativo moderno, abierto, social y efectivo que rompa el centralismo y el hermetismo, y conecte con las provincias y su peculiar desarrollo. La organización debe volver a la formación política, a la labor social y a un reencuentro con el Perú popular y clases medias golpeadas por la paralización económica, falta de empleo e inseguridad ciudadana.

El Apra debe primero fortalecerse internamente para recuperar su espacio social, su voto popular -siempre volátil- hoy refugiado en el fujimorismo mercantilista y otras expresiones demagógicas, debe posicionarse en el lugar de la democracia social -hoy huérfana-, y entre los dos extremos que hoy se reparten el poder nacional -la derecha mediática y de las constructoras y la izquierda comunista -caviar-. Debe recuperar Trujillo, su sólido bastión norteño azucarero, algodonero y comerciante. El Apra volverá a ser eje gravitacional cuando sus nuevos actores se hagan visibles, cuando su mensaje social y acciones mancomunadas representan el sentir popular. El Apra tiene una larga marcha por recorrer. La desaparición de García no solo deja un vacío de poder, sino también una expectativa, su deceso puso al partido de Alfonso Ugarte ante la mirada atenta de las colectividades.

El Perú tiene en el Apra garantía democrática, sus activos y pasivos de más de noventa años se asumen bajo el mismo símbolo estelar. Hoy, estamos ante un momento de crisis de representación, descrédito de los partidos, deterioro de la democracia y de ciudadanos desconectados de la política, herencia de la anti-política propia del ajuste neoliberal de los noventa. El Gobierno de Vizcarra, cuyos actores nunca militaron en un partido, son quienes pretenden hacer las grandes reformas políticas, amenazando el sistema democrático y golpeando al primer poder de Estado. La necesidad de un Apra renovado que salve el quehacer político con oficio y radicalice la democracia con justicia social en todos sus extremos es una necesidad para la república y sus objetivos centrales al bicentenario.»

*Cuarto artículo sobre la renovación en el APRA, esta vez publicado en el portal de opinión política «Huku.pe».

“LA MUERTE DE ALAN GARCÍA ES UNA DESICIÓN D E DIGNIDAD Y HONOR”

El congresista Mauricio Mulder, tras los dramáticos sucesos que dan cuenta de la muerte del expresidente Alan García, sostuvo que “el aprismo se encuentra unido en torno a su recuerdo no sólo porque ha partido un integrante de nuestra familia, sino porque lo que representa su muerte es un acto de dignidad y de honor frente a una persecución fascista y enfermiza en la que se han confabulado sectores del ministerio público, algunos actores de la prensa oligárquica y sus enemigos políticos”.

El presidente García ha tomado una decisión que corresponde a un hombre libre, cuya valoración es superior y pensando en los suyos, en su partido y en la inmensa mayoría de gente humilde a quienes sus perseguidores ya no podrán humillar. Quien fuera dos veces elegido por el pueblo del Perú como su presidente “no podía tolerar el maltrato insano y, precisamente, en defensa de la dignidad, accionó con honor”, dijo el parlamentario mostrándose sentido por el momento que atraviesa el viejo partido de Haya de la Torre que recibe una inmensa multitud de ciudadanos que esperan rendirle el último adiós a Alan, su querido presidente.

HASTA SIEMPRE COMPAÑERO PRESIDENTE

El día que Alan García pasó a la historia…

           Todas las almas de los hombres son inmortales, pero las almas de los justos son inmortales y divinas (Sócrates)

De todas sus noches, aquella parecía ser particularmente la más pesada para Alan García. Mientras marcaba insistentemente los números de teléfono de los más cercanos, en su mente se agolpaban recuerdos y pensamientos de angustiosos pasajes familiares, de la cruel prisión del padre, de los momentos de la soledad que el poder te regala y también, de esos entrañables momentos en los que, ungido presidente constitucional del país, llevaba a cuestas hacia el mismísimo palacio de gobierno a un aprismo que por décadas había sido impedido de acceder al poder, rindiéndole así, un tributo inigualable a los miles de compañeros que murieron gritando APRA en medio de una lealtad sin desfallecimientos.

Nita Pérez, era precisamente, una de esas militantes que en su condición de profesora, había esperado casi toda la vida para ver realizado sus ideales más caros, sin pensar que su propio hijo los haría realidad. Ella se casó con Carlos García Ronceros -tomado preso varias veces y exiliado otras tantas-, cuando este ocupaba cargos de primer orden en la estructura del aprismo clandestino y compartiría así, una lealtad que produjo una familia absolutamente identificada con Haya de la Torre.

Pero esa noche de noviembre del 2018, Alan García no dejó de comunicarse, confirmaba datos y confrontaba información. Notificado estaba que la nueva policía política rodeaba su casa por las noches, que lo espiaban y entonces, a los más cercanos, les confió que vendrían por él. Requirió presencia y notó ausencias, recordando las innumerables veces en las que en medio de la soledad, el propio Haya de la Torre le contó que tuvo que sortear episodios similares llenos de acusaciones falsas y odios cainitas, pero, finalmente, ¿Qué era todo esto frente al fusilamientos de los marineros levantados en armas en 1931, la cruel persecución de la gran clandestinidad, la tortura y el asesinato de Manuel Arévalo, la barbarie en Trujillo, la represión en Huaraz, Cajabamba, Ayacucho, Huancavelica o la entrega de hombres y mujeres que fueron a la muerte o al destierro por el aprismo que cambiaría sus vidas? Absolutamente nada, se dijo.

Ya el 5 de abril de 1992, una dictadura había ordenado “capturarlo vivo o muerto” y tuvo entonces que salvar la vida y asilarse. Volvió tras un largo exilio de 9 años y se reencontró con su pueblo anunciando en la plaza San Martín de Lima -envuelto en multitudes-, que se ponía al servicio del Perú, tal y como efectivamente lo hizo cuando en su segundo mandato produjo una revolución que redujo sustancialmente la pobreza, impulsó la inversión, mantuvo el crecimiento económico y generó riqueza que puso al país en la ruta cierta del desarrollo con un modelo que sorprendió al mundo.

Cuando por diversas fuentes confirmaba que una detención trajinada por sicarios políticos en el Ministerio Público se abría paso sobre el derecho y la justicia quedo en evidencia que pese a no existir ninguna prueba, ninguna sindicación ni elemento que pudiera considerarse valedera, justificaba su detención. Había cumplido con asistir puntualmente a todas las audiencias requeridas pero, aun así, el antiaprismo del comunismo y los ataques de la oligarquía en insana alianza, sólo quería verlo preso.

Una audiencia para la que fue citado el ex presidente era parte de la farsa, sería postergada, en tanto información a cargo del IDL se difundiría en medios de comunicación cómplices para crear el marco ideal de para confinarlo en una prisión sin imputación específica, ni señalamiento criminal que la justifique.

En casa, frente a la mesa dio cuenta que había decidido defender su dignidad ante el atropello y repeler el allanamiento ilegal si fuera necesario. El diligente  apoyo y la solidaridad de los pocos que conocían con exactitud lo que sucedía, abrió las puertas del asilo pero el debate estuvo precedido de una escena que los marcaría: sentado, con una mano cogiendo el celular desde el que se comunicaba y en la otra, con un arma cargada de sentimientos encontrados y preocupaciones por su madre, los hijos y el partido no parecía especular con una escena que describía con marcada preocupación por la patria. Era evidente que su tranquilidad contrastaba con el dramatismo del momento. Una extraña expresión de serenidad acompañaba las reiteradas expresiones sobre el deber y los compromisos hasta que miró fijamente a su interlocutor y exclamó: ¿Sabes? Primero esta el honor antes que la deshonra y la humillación innoble. Sus ojos esta vez reflejaban el mismo ánimo con el que Carlos Phillips caminó a la muerte gritando en Huaraz antes que fuera fusilado el año 1932: Sólo Dios Salvará mi alma y sólo el aprismo salvará al Perú. García siguió pensando sobre lo que el partido enfrentaría si lo detenían, de su inocencia probada de una y mil maneras y también, de los afanes políticos de sus enemigos, narrando como, voces amigas alertaban de los planes malsanos de quienes esperaban colocarle las marrocas para exhibirlo en una jaula con la que se cobrarían sus 95 años de antiaprismo.

También habló de la grandeza del espíritu del pueblo aprista, de la necesidad de mantener  la unidad del partido y del hálito cósmico que representa el Cóndor de Chavín que Julio C. Tello propuso a Haya de la Torre como símbolo del partido por lo que representaba, de la vida después de la muerte y de la necesidad de trascender a la política menuda. Su vida fue siempre un aprendizaje permanente, pero también, de saludables rectificaciones que, sostenía, permitió que el pueblo lo comprendiera cuando le dio la enorme oportunidad de gobernarlo por segunda y exitosa oportunidad.

Lo que vino después con el asilo  -que sí le concedió Uruguay inicialmente-, es parte de una historia que algún día se contará al detalle, sobre todo, por la conducta miserable de algunos operadores del régimen de turno y también la falta de fraternidad y palabra del  presidente Tabaré Vázquez, quien cedió ante las presiones, dejando la vida de Alan García en manos de un gobierno sin moral y cuya supuesta lucha contra la corrupción es sólo una careta que esconde a quienes han hecho de la política, vil negocio culpable.

García había denunciado con pruebas de todos los calibres como era sujeto de una persecución política, que no había garantías para un juicio justo, que se vulneraban sus derechos y responsabilizó puntualmente al gobierno de usar el Ministerio Público con la complicidad de una prensa innoble, para estas maniobras. La consigna –señalaba en todos los idiomas-, fue tomarlo prisionero para hacer escarnio de su condición humana y someter a su partido. Pero García se les adelantó y nuevamente les ganó la jugada por lo que hoy, el curso de la historia será distinto.

Ayer, antes del desenlace de una vida de aprismo puro, una unidad policial creada para cumplir encargos fascistas reapareció en la puerta de su domicilio y esta vez, un sujeto sin identificarse sorprendió al personal de la casa e ingresó ilegalmente en ella. En un diálogo que avergüenza al Estado peruano, le exigieron “que se acercara” con la clara intención de asaltarlo y detenerlo. García lo sabía y recordó el episodio en el que el 5 de abril de 1992  su casa se vio rodeada por un destacamento militar que exigía “que saliera”. Como en aquella ocasión, se negó virilmente a cumplir órdenes de origen ilegítimo y en instantes,  supo lo que debía hacer para no someter al pueblo aprista a la deshonra que pretendían infringir con una función de circo a punto de iniciarse.

Debía elegir y lo hizo rápidamente. Prefirió transitar por la ruta de la historia con la misma dignidad con la que Getulio Vargas reclamaba que a él no lo acusaban, lo insultaban, que no lo combatían sino que lo difamaban, que le restringían el derecho a defenderse urgidos de impedir su accionar, o la firmeza con la que Salvador Allende en Chile pagó con su vida la lealtad al pueblo, condenando a quienes momentáneamente pueden avasallar, pero nunca detener los procesos sociales, menos con el crimen ni con la fuerza.

García sabía entonces que la historia efectivamente la hacen los pueblos y en consecuencia, enfrentó las miserias de oligarquías que ya se regodeaban con su captura. Se puso por encima de la miseria humana en su peor expresión y se burló de sus captores negándoles una vez más, la sola posibilidad de hacer escarnio con él y su partido.

Cuando sobrevenga la paz del fin de los días y la serenidad permita un juicio justo, los odios cederán su paso y entonces, de hecho, la historia y el juez justo del tiempo lo absolverán respecto de las acusaciones de sus detractores, apareciendo una a una, todas sus obras y la dimensión real del hombre, del estadista y el político.

Discrepamos más de una vez, pero la fraternidad siempre se impuso sobre nuestras divergencias, nunca olvidé lo que este hombre le había dado al partido, menos el llanto de padres y abuelos cuando en 1985 juró como primer presidente aprista.

Hace sólo unos instantes, acabo de despedirme de su cuerpo inerte. Lo hice incrédulo y en medio de cientos de miles de compatriotas que levantando el mismo brazo izquierdo con el que juramos no desertar cuando ingresamos al aprismo, buscan respuestas que el sentido común y la justicia aun no nos da. Se fue haciendo lo que mejor sabía hacer, política y ahora, una noble muchedumbre lo despide. Lo recordaré gigante de corazón, humano en sus decisiones y aprista, muy aprista hasta el último de sus días.

Marcha querido hermano a ocupar tu columna en el Oriente Eterno y dile al jefe que aquí, su obra continúa, que el APRA nunca muere, mientras el Cóndor de Chavín da vueltas sobre nuestra Casa del Pueblo preparándose para acompañarte en tu viaje a las estrellas.

La banda de los Chicos Apristas te acompaña como en tantas ocasiones, pero esta vez entonando su melodía más triste mientras el pueblo aprista, tu querido pueblo, canta con lágrimas de viril impotencia en los ojos, Paso, paso a los caídos… por la justicia y la libertad.

Que haya paz en tu tumba.

 

El APRA y el Partido Aprista Peruano

En 1924 nacería una corriente de pensamiento totalmente distinta a las tradicionales de aquel entonces. Una idea que revolucionará el pensamiento político, cuyo propósito era que prevalezca una política para Latinoamérica sin tener la necesidad de importar de otros continentes, una ideología con un modelo económico que jamás se ajustaría a la realidad indoamericana.

En la Europa de los años 20s, existían hasta hoy, dos corrientes de pensamiento ideológicos: los comunistas y los fascista o nazis, ambos son extremos, los comunistas totalitarios y estatistas, los de la extrema derecha más oligárquica con énfasis a la industrialización con poca importancia hacia la clase obrera y campesina. Pero ambas planteaban un gobierno duro con la ayuda incondicional de los militares.

En Latinoamérica no caló a profundidad el fascismo, dado que en esos años el campesinado y/o el obrero, eran los trabajos más numerosos. En Latinoamérica la industria estaba en una pueril etapa, casi al 100% de la maquinaria se importaba. El acceso a universidades era privilegiadamente a personas connotadas y con recomendaciones. Muchas veces mal llamados los decentes y los indecentes. Decente era aquel ciudadano que tenía cierto nivel social, cultural y económico, con posibilidades de acceder a una universidad, y los indecentes eran los obreros y campesinos: iletrados sin acceso ni oportunidad a nada, explotados y maltratados.

La idea que propuso la ideología APRISTA, cuyo creador fue VíctorRaúl Haya de la Torre, quien contaba con otros idealistas políticos, filósofos e intelectuales como Manuel Seoane Corrales, José Carlos Mariátegui, Antenor Orrego, Alcides Spelucín, Carlos Manuel Cox, Magda Portal y otros jóvenes mas, todos estudiantes universitarios. Todosellos planteaban crear las universidades populares para manuales e intelectuales, y todos con los mismos derechos y oportunidades, una ideología no importada, sino creada a medida de acorde a la idiosincrasia latinoamericana.

El APRA planteaba un continente industrializado, progresista, con un poder económico emanado del propio trabajo latinoamericano y para ello no se negaba la concesión de la explotación de los recursos naturales por parte de empresas internacionalesque – dicho sea de paso – se resaltaba su avance tecnológico en sus maquinarias de última generación para la época y sus técnicas de explotación también avanzadas. No cabía manera de aprender, sino era trabajando de la mano de estas empresas internacionales, pero concesionar y dejarles trabajar bajo nuestras reglas, con supervisión y sin explotación hacia el obrero del lugar. Tributación justa y puntual, pagos a los trabajadores, de igual manera, justa y puntual.

Por otro lado, Haya de la Torre tocó el tema del campesinado, que era darle apoyo de parte del Estado en su sistema de regadillo, flete y comercialización, y el cobro de sus haberes bancarizado, para que el sistema financiero pueda considerarlos en préstamos directos para sus cultivos o viviendas. También planteó a los hijosde los campesinos darle acceso a la educación gratuita a nivel escolar y universitario.

Jamás la ideología Aprista planteo la importación u apoyo a alguna ideología, de otro continente, tampoco negó la ayuda de esos países en cuanto a empréstitos o trabajos en conjunto.

Sin odios ni ánimos de venganza, no crearse fantasmas porque ello generaba más violencia y, por consecuencia, muerte con un final social en miseria.

Esa es la parte básica con la que se inicia la ideología que propone el APRA, pero el Partido Aprista Peruano emana directamente de dicha ideología creada por el mismo fundador de dicha ideología, VíctorRaúl Haya de la Torre.

Pero el Partido Aprista Peruano, no es el APRA, el APRA no es un partido, es una ideología, “Alianza Popular Revolucionaria Americana” y el PAP, “Partido Aprista Peruano” es su brazo político nacional creado el 30 de setiembre de 1930.

Hoy en día dista mucho el uno del otro, el PAP que es un partido de minorías mientras que el APRA es una ideología que a pesar de los 90 años que lleva, sigue en boga.

No obstante, la población en más de un 90% no sabe que el APRA es diferente al PAP y que poco inspira a jóvenes a militar. Analicemos el problema de ese decrecimiento desde los últimos 40 años, ubiquemos los puntos flacos. Relancemos al partido desde las bases.

El fin de este manifiesto es que hagamos Aprismo verdadero desde nuestras bases, activémoslas, capacitemos a personas jóvenes principalmente a enfrentar las vicisitudes de la vida, enseñémosles la importancia del saber a través de la lectura, elevar la comprensión lectora y realcemos en cada uno de ellos los valores, ya casi extintos.

Revivamos el APRA que creó Víctor Raúl Haya de la Torre.

 

 

Christian José Llerena Mestanza

BERNIE SANDERS: EL CANDIDATO DE LA DESETABILIZACION DEMOCRATICA

Por: Percy Richard Núñez Saravia

La precandidatura presidencial del senador Bernie Sanders,por el partidode los demócratas en EEUU,y el apoyo de este a los dictadores y populistas, comoNicolás Maduro, Lula da Silva y Daniel Ortega, demuestra una hipocresía por parte de los principales medios de comunicación a nivel mundial, aunque por el momento vaya segundo en las encuestas – detrás del ex vicepresidenteJoeBiden(la candidatura de este [Biden] quedará manchada al no desligarse y atacar ferozmente la posición de Bernie Sanders y ello llevará a que, la candidatura del peor presidente que los EEUU haya tenido, Donald Trump se fortalezca, y le permita ganar nuevamente la presidencia de – por el momento – la primera potencia mundial.

He notado con sorpresa como los medios de comunicación y analistas internacionales no le dan la debida atención a este candidato, a quien no le importa las consecuencias de los actos que cometieron aquellos políticos latinoamericanos y, ya que al eludir contestar algunas preguntas respecto a que si Nicolás Maduro es un dictador, él prefiere simplemente no contestar, por ello los periodistas y los medios de comunicación lo toman con mucha calma, como un hecho trivial, no obstante la desidia y la pasividad con que lo toman la gran mayoría de medios de comunicación demuestran su poco compromiso con la democracia.

Para ello deberíamos recordar que el número de muertos por la violencia en Venezuela, en los 20 años que lleva la dictadura,asciende a 300.000, número de muertos que fueron todos asesinados, es decir 41 homicidios por día.

La corrupción de la empresa Odebrecht en el gobierno de Lula da Silva asciende a 349 millones de dólares en sobornos.

Y que la represión del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua asciende a 561 muertos, 4578 heridos y que la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos reportó que 1336 ciudadanos fueron “secuestrados” por grupos paramilitares y se encuentran desaparecidos o encarcelados.

La democracia no es un hecho garantizado en las naciones y es por ello que se cuida y se lucha por ella.